Escuchamos con los ojos
Miércoles, 04 de Marzo de 2009
¿Sabías que si cerramos los ojos escuchamos peor? ¿Y que cada vez que conversas con alguien tu cerebro lee los labios de tu interlocutor sin que seas consciente? Por ejemplo, si estás en una habitación ruidosa escucharás entre un 10 y un 60% mejor una conversación si ves la cara de tus compañeros mientras te hablan, según un estudio que publica hoy la revista PLoS ONE.
Nuestro cerebro usa la información visual del movimiento del rostro y los labios de otras personas para ayudarnos a interpretar lo que escuchamos. “Todos sabemos leer los labios, aunque no seamos conscientes”, explica Wei Ji Ma, coautor del estudio. Esto es especialmente importante si la calidad del sonido no es muy buena.
Según Ma, sus recientes experimentos les han ayudado a entender cómo el cerebro integra los estímulos sonoros y visuales para llegar a una conclusión. “Imagina que eres un detective”, dice el investigador. “Tienes dos testigos de un crimen. Uno es muy preciso y fiable, el otro no tanto. Coges información de algo y sopesas la credibilidad de ambos para saber qué ha pasado”. En cierto modo, el sonido y la lectura de los labios funcionan de esta manera, añade el científico. Según Wei Ji Ma, una conclusión curiosa de este mecanismo que nuestro cerebro entra en conflicto cuando vemos una película con doblaje, en la que los actores no pronuncian las mismas palabras que escuchamos. Aunque también esa aparente contradicción sabe resolverla con éxito.Con los resultados obtenidos, Ma y su equipo han elaborado un modelo matemático que predice la capacidad individual de cada persona para integrar la información visual y auditiva en cualquier contexto.
lunes, 9 de marzo de 2009
NOTICIA CIENTÍFICA
El delicado futuro del Amazonas |
Viernes, 06 de Marzo de 2009
| |
Un estudio llevado a cabo durante los últimos treinta años en el Amazonas, publicado hoy en la revista Science, revela que el bosque tropical más grande del mundo es extremadamente sensible a la sequía. En años normales, el Amazonas absorbe alrededor de 2 billones de toneladas de dióxido de carbono. Las investigaciones realizadas por 68 científicos de 13 países demuestran que durante al menos 25 años este bosque tropical actuó como un gran sumidero de carbono, absorbiendo una quinta parte de las emisiones globales de combustible fósil. Pero en 2005 una intensa e inusual sequía invirtió el proceso, causando una pérdida de más de 3 billones de toneladas. El impacto total de la sequía, 5 billones de toneladas extra de dióxido de carbono en la atmosfera, excede las emisiones anuales de Europa y Japón juntas. “Durante años, el Amazonas ha estado ayudando a ralentizar el cambio climático. Pero depender de este subsidio de la naturaleza es extremadamente peligroso”, advierte Oliver Phillips, catedrático de la Universidad de Leeds y autor principal de la investigación. De repetirse las sequías del Amazonas, acelerarían el calentamiento climático. “Para estabilizar realmente nuestro clima se necesitarán recortes más profundos en la emisiones”, concluye Philips. |
Suscribirse a:
Entradas (Atom)